domingo, 25 de octubre de 2020

YIN DAZA UN SANJUANERO CULTO Y GENEROSO

 


MI CRÓNICA SABATINA

Por José Jaime Daza Hinojosa

Hoy homenaje a un Sanjuanero: Generoso, Culto, Respetuoso y con Vocación de Servicio: José Manuel Daza Noguera (“Yin” Daza)

Nació en San Juan del Cesar el 4 de abril de 1922 y murió el 16 de marzo del 2013 a la edad de 91 años.



Sus padres fueron: Don José Manuel Daza Parodi (médico de profesión, Sanjuanero de pura cepa) y doña Virginia Noguera (oriunda de Santa Marta- Magdalena). Contrajo matrimonio el 22 de diciembre de 1945 en Villanueva- La Guajira con la distinguida dama: Paulina Daza Martínez, de esta unión nacen 7 hijos: María Cristina, Paulina Teresa, Rosa Cecilia, Armando José, Martha Lucía, Virginia Margarita y Cecilia Inés.

Sus estudios de primaria los hizo en San Juan del Cesar y el bachillerato en Medellín en el colegio San Ignacio. Estudió Periodismo, Filosofía y Letras en la ciudad de Bogotá en la prestigiosa Universidad Javeriana, su promoción fue la primera en el año de 1942.


Trabajó en los periódicos: “El Siglo” y “La República” de Bogotá, “El Estado” de Santa Marta, “Guajira Gráfica” de Riohacha como colaborador, “El Pilón” de Valledupar y permaneció en Radio Guatapurí leyendo todos los jueves “Las Notas de Yin Daza” con su propia voz.

Escribió el libro: “Itinerario de un periodista”, en este reunió toda la información de su trasegar periodístico y las dificultades que le tocó afrontar en el ejercicio de su profesión, donde además fue un conferencista destacado, pues su alto grado de cultura le facilitaba hablar sobre cualquier tema del Pasado, del Presente y hasta del Futuro.

A mi invitado de hoy todos lo conocíamos como Yin Daza, su nombre de pila nadie se lo decía, personalmente, yo era un asiduo oyente todas las semanas, los días jueves de “Las Notas de Yin Daza” por Radio Guatapurí a las 2:00 P.M.

Don Yin Daza fue un caballero en todo el sentido de la palabra y una persona con un alto grado de Solidaridad, pues a todo el que pudo ayudó y cuando alguien moría o enfermaba, siempre estaba ahí con ese gran altruismo que lo caracterizaba para ayudar y acompañar a cualquiera que lo necesitara; no se perdía un velorio en todo el municipio de San Juan y sus alrededores, era cumplidor como pocos, de ese sagrado deber de dar el pésame o visitar un enfermo, y cuando llegaba a cualquier lugar, deleitaba con su prosa mágica que fascinaba a todo el que lo escuchaba.




Le encantaba leer a Guillermo Valencia, a Porfirio Barba Jacob, y a Caro y Cuervo, su biblioteca fue la más completa de San Juan del Cesar, allí se encontraban las mejores obras de literatura y poesía de Colombia y el mundo en general.

Gozó del don del compadrazgo y bautizó más de 400 muchachos, tenía ahijados por doquier y donde quiera que llegaba tenía compadres por visitar, a los cuales les infundía el buen ejemplo y las orientaciones precisas de cómo se debe criar un hijo, él era un gran consejero, o como dicen en La Guajira, un Palabrero con grandes conocimientos de oratoria y de la palabra.

Incursionó también en la política, fue dos veces Representante a la Cámara en los períodos de 1964-1966 y 1974-1976. Fue diputado por el Magdalena, Alcalde de San Juan Del Cesar en el periodo de 1956-1959 y también Concejal de este Municipio.

Lo acompañó siempre una memoria prodigiosa y una vastísima y fina cultura; era también un excelente cumplidor a los actos Eclesiásticos, Civiles, Sociales, y Militares no se perdía uno.



Entre las muchas distinciones que recibió están: El Yotojoro de oro, El José María Córdoba y otra condecoración fue la de Servicios Distinguidos, por parte de Comfaguajira obtuvo: La Iguaraya de Oro.

Estudió francés, español, latín y griego en el colegio San Ignacio de Loyola de Bogotá, donde recibió la condecoración por el gobierno francés como el mejor estudiante colombiano que hablaba y escribía el idioma Francés, eso fue el 27 de noviembre de 1938. También fue miembro activo de la Academia de Historia del Cesar y La Guajira.

Recopiló sus escritos en tres obras majestuosas: “Itinerario de un periodista”, “Notas Para Radio Guatapurí” y “Notas para El Periódico El Pilón”. El 12 de diciembre de 1994, siendo Gobernador del Cesar Lucas Gnecco Cerchar recibe la medalla al mérito Cacique Upar por su brillante labor cultural y de integración regional expresada en su vida y obra como escritor y columnista. Otra exaltación que recibió fue la medalla al mérito Luis Antonio Robles, esta es la máxima distinción que impone la Asamblea de La Guajira a quienes con templanza, capacidad y prestancia dejan en alto el nombre de La Guajira la proposición fue la número 385 del 16 de noviembre de 1985.

Nuestro homenajeado de hoy no deja una sola queja en todo la comarca guajira y cesarense, sus dotes de poeta, escritor, periodista, padre ejemplar, buena gente, lo hacían amigo de Raymundo y todo el mundo, por eso lo querían como a ninguno y la mayoría de las personas tenían para él solo cariño y agradecimientos.


En San Juan todos conocimos a dos personas que él quiso mucho por ser de su entera confianza: La Sra. Olga Ariza Rasgo y su fiel compañero y conductor Efraín Povea Bracho, el popular “Folle” o “Barranquilla” como le decíamos por cariño.

Poseía una memoria fotográfica y recordaba con gran avidez y destreza párrafos y páginas completas de autores que nunca faltaron en su biblioteca como: José Manuel Marroquín, Armando Nervo, Jorge Isaac, Guillermo Valencia, Silvio Villegas, Miguel Antonio Caro, Gilberto Álzate, Gabriel García Márquez, Rufino José Cuervo y Alfonso López Pumarejo.



En el municipio de San Juan del César han sobresalido muchos personajes pero mi homenajeado de hoy sinceramente lleva la bandera en lo referente a la cultura, hidalguía y grandeza que lo caracterizaban, era un hombre sencillo, noble y asequible, un verdadero maestro perenne, en pocas palabras, fue un hijo ilustre con cualidades únicas que lo convertían en un ser humano extraordinario, un verdadero Caballero, ciudadano ejemplar. Su forma de hablar era exquisita y tenía una gran capacidad de convencimiento, escribía como los dioses, tenía además amplios y profundos conocimientos de literatura y poesía. Cuanta falta nos hace don Yin Daza, su honradez, generosidad e inteligencia son irreemplazables, irradiaba optimismo y energía positiva le salía por los poros.

Fue de verdad un honor poder darles a conocer a mis asiduos lectores la trayectoria de esta eminente persona, que nos sirva de modelo a seguir, los invito a que saquemos tiempo para leer, pues quien no conoce su historia está condenado a repetir los errores y a caer en el mismo círculo vicioso.

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Un abrazo de hermandad para todos.


“El Juntero Futurista”




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