Mi Crónica Sabatina
Valledupar 5 de Junio del 2021
Hoy homenaje a un Tío: Responsable, Honesto, Sencillo y Trabajador Incansable:
TOBIAS ENRIQUE HINOJOSA SIERRA
Mi queridísimo e inolvidable Tío Tobías como le decía con mucho cariño nació en: Carrizal, Jurisdicción de: La Junta La Guajira, cerquita de donde también nació el gran: Diomedes Díaz “el Cacique de La Junta “un primero (1) de octubre de 1931, y falleció el 12 de abril del 2015.
Sus Padres fueron mis abuelos maternos: Luis Camilo Hinojosa Daza y María Sierra Oñate. Sus hermanos: Luis Manuel, Argemiro, Víctor Julio, José Aníbal, Dilia María (Yiya) mi adorada madre, Alfonso, Gloria y Gustavo, de Padre: Cristóbal, Jaime, Hernán, Rodrigo, Armando, Jesualdo, Jael, Tirza, Laureano y Alfredo.
Su adorada y abnegada esposa lleva por nombre : Isolina Stevenson Collante, una Linda e inteligente mujer oriunda del Municipio de Remolino Magdalena, quien fue su complemento, pues cuando la conoció y se enamoraron este noviazgo solo duró tres (3) meses, es decir mi tío en esta extraordinaria mujer, bien criada, de buenos principios, y con temor de Dios encontró lo que andaba buscando y anhelaba de una mujer, se casaron enseguida y vivieron felices por más de cincuenta (50) años, solo la muerte los separó, el matrimonio se realizó en Codazzi César el 29 de Agosto de 1959. De ese bonito y ejemplar hogar nacieron siete (7) hijos, cuatro varones (4) y tres (3) hembras, llevan por nombre: Rubén Darío, Javier, María Helena, Jairo, Martha, Gloria y Fernando.
Solo realizó estudios hasta cuarto de primaria y se convirtió en un verdadero autodidacta pues sus cuentas, orden y disciplina lo hizo un verdadero hombre de buenos negocios, pujante, emprendedor y organizado.
En su infancia le tocó recoger ganado y realizar todas esas actividades del campo, subía al cerro mecho recogía terneros y cabras en Carrizal, Patillal y sus alrededores; también le tocó viajar desde La Jagua de Ibirico César hacia La Junta en mulas y tanto a Él como a otros niños los metían en unos cajones de madera , esas travesías duraban varios días, y les tocaba resistir las inclemencias del sol y la lluvia era un recorrido largo y extenuante. En cierta ocasión que pasaban por Codazzi hicieron una parada al frente de la plaza de este Municipio y le llamó la atención una casa donde acamparon y exclamó: ¡Esta casa cuando sea grande va a ser mía! Todos rieron jajaja que cosas se te ocurren decían, y al pasar el tiempo ese sueño se hizo realidad, toda la vida le dio gracias a Dios por haber hecho realidad ese anhelo.
Trabajó como mensajero en el colegio el Loperena de Valledupar, en esta ciudad se conoció con el maestro Rafael Escalona Martínez, aprendió a tocar la guitarra y juntos parrandeaban y serenateaban, pero eso sí se diferenciaban en qué a mi tío Tobías no le gustaba el alcohol, disfrutaba de una buena cola postobon y una buena compañía femenina, mientras que Rafa tomaba licor, eran unos jóvenes agraciados y siempre bien presentados, mi tío siempre se preocupó por vestir siempre impecable.
Muy joven vivió en el Valle del Cauca más exactamente entre Cali y Tuluá, pues su hermano Miro se lo llevó a que trabajara con El en una arrocera, su vida le mejoró sustancialmente, no le faltaba nada, pero seguía con su vida bohemia, tocando guitarra y de conquistador, analizó y llegó a la conclusión que eso no era lo que quería, deseaba ser independiente y no depender de un salario; habló con su hermano y le comentó que deseaba retornar a su tierra, más exactamente a Codazzi donde estaba otro hermano suyo : José Aníbal “ El Negro Sierra”, adquieren entre los dos la finca Bella Vista, se la compraron al señor Arturo Araujo, estando trabajando allí reflexionó que se había venido de Cali para trabajar independiente y no lo estaba haciendo, continuaba con una sociedad, fue cuando le propuso a su hermano que por favor le vendiera su parte o en su defecto Él le vendía la de Él, y así se dieron las cosas, el Negro le compra y con ese dinero inicia su independencia compra una pequeña colmena está quedó ubicada exactamente donde está la Alcaldía Municipal de Codazzi hoy día y diagonal a la casa que más tarde compró para vivir con su familia.
En el negocio de la tienda se caracterizó por su alto grado de responsabilidad, se surtía en Valledupar y no le gustaba fiar, no era amigo de los créditos, todo lo compraba de contado, era tan buen cliente que su Proveedor un señor apellido García le decía que llevara más, que Él le acreditaba lo que quisiera pues ya lo conocía y estaba seguro que no le iba a quedar mal, inició transportando los víveres de pasajero y con el tiempo le tocaba arrendar un camioncito pues el negocio de su colmena se convirtió en una tienda próspera que crecía cada vez más, la mudo para donde es hoy día su casa y le colocó por nombre La Cigarra, era un local grande y todas las tardes se reunían allí muchas personas, se convirtió este sitio en un tertuliadero donde conversaban amenamente con amigos y familiares. Mi tío siempre fue medido en sus finanzas, no era amigo de fiar ni de hacer préstamos, los bancos le ofrecían tarjetas y créditos que siempre rechazaba, no le llamaba la atención endeudarse, afirmaba enfáticamente el día que me muera lo que Yo deje es de mi esposa y mis hijos, aquí nadie va a venir a quitarles nada; tenía mucha seguridad en sus actividades y se jactaba al saber que con lo que tenía y producía vivía bien.
Dentro de sus mejores amigos podemos mencionar a: William Rivero, Napoleón Ávila, Hernán Baquero y Alfonso Ávila.
Cuando llegó a Codazzi la bonanza algodonera a mi tío se le prendió la chispa y visiono’ lo que más tarde le daría su estabilidad económica, vendió la Tienda y se fue a trabajar a unas tierras que su hermano Miro le había comprado a su tío Aniceto Hinojosa, estas estaban ubicadas en el Municipio de Becerril César, tenían por nombre Santa Eulalia, inicialmente le arrendó a su hermano y con los recursos que le dejó la tienda y otros negocios le compra la propiedad se metió de lleno a trabajar en ella, le tocó comerse las verdes primero la finca estaba vuelta una montaña, muy sucia y descuidada, pero como a Él le gustaban las cosas en orden, inició la tarea de limpieza con gente inicialmente y luego con buldócer, después de un arduo trabajo que le llevó varios años alcanzó lo que soñaba organizarla y transformarla logrando civilizar más de 450 hectáreas las que destinó la mitad a la siembra de algodón y la otra a la ganadería otra de sus pasiones. Tuve el honor de pasar varias vacaciones en esa bendita y bonita hacienda, les cuento que mi tío se encargó de ponerla como una tacita de porcelana, la casa hermosa grande de dos pisos, los corrales de vareta, otras viviendas confortables para los trabajadores todo en su lugar, los potreros limpios sin maleza alguna, y para la siembra del algodón tenía su maquinaria agrícola completa, recuerdo que mi hermano mayor Jairo trabajó muchos años allá y hasta me enseñó a manejar en un tractor viejito pero que lo mantenían al pelo al que llamaban fosforito.
Mi tío Tobías se mantuvo por más de treinta (30) años sembrando algodón y ganó varios premios por tener el cultivo libre de plagas, el algodón más limpio de mejor calidad, por lo general batía récord en producción por hectárea, los vecinos recogían 1 o 2 Toneladas por hectáreas y El no bajaba de 4 o 5 pues se esmeraba por hacer un cultivo sano, limpio, con alta calidad tanto en semilla como en asistencia, no le negaba nada y todo a tiempo, fumigaciones, abonos ahí siempre cuando lo requería; imagínense que cogía primera, segunda, tercera y la repela la regalaba a un familiar necesitado. Los recolectores de algodón todos los años los traían de La Peña Atlántico, venían hasta 100 personas entre hombres y mujeres muy profesionales en su oficio.
A los trabajadores cuando los liquidaba si tenían una deuda esta quedaba en cero (0) y se las pagaba completa pues no permitía que se fueran a ir sin dinero, incluso muchos que le trabajaron salían con casa, Él les ayudaba para que se hicieran a su vivienda propia.
La primera cosecha de algodón que sembró la hizo con un amigo suyo llamado Jaime Mejía y le fue mal, el socio se fue y le dejó una deuda de $ 80.000 que en aquella época era mucho dinero, pero como Dios no abandona a sus buenos hijos apareció un ángel el señor Camacho, un inversionista que vivía en Maicao y que al oír hablar de la bonanza algodonera que se estaba dando quería invertir en este negocio, se aliaron y sembraron juntos, le bautizó a su hija Martha, se hicieron muy buenos amigos, jamás le pidió cuentas se apreciaban y respetaban mucho; luego de varios años trabajando con su compadre, tomó la decisión de independizarse como le gustó siempre. En sus años sembrando algodón hubo años en los que llovía demasiado y un caño qué pasa por la su finca Santa Eulalia se desbordaba y le inundaba sectores del cultivo, pero nunca se amilanó y seguía echando Pa lante, los obstáculos y dificultades los apartaba del camino y de esa manera triunfó en la vida.
En su fructífera y bendecida vida recibió varios reconocimientos entre otros están:
* Festival de Música Vallenata en Guitarras.
* Club de Leones Internacional.
* Treflan empresa de control de maleza.
*Y una empresa de norteamericana lo exaltó por tener el mejor cultivo de algodón de la región, distinción está que lo hizo acreedor a un viaje a los Estados Unidos.
* En varias ocasiones fue nombrado Alcalde ad hoc del Municipio de Codazzi, cuando se daban los procesos electorales, era distinguido y escogido por ser un ciudadano honorable y ejemplar.
Cuando abría la puerta de su casa todas las mañanas siempre habían personas esperando para solicitar una ayuda, El con gusto les colaboraba, con especies o con efectivo, era feliz sirviendo, Dios lo bendijo pues siempre tenía que dar. En su camioneta Ford 150 modelo 1974 la consentida, la amarillita como le decía tenía una cava de madera grande y cuando venía de su finca la traía repleta de queso, leche, plátanos, y toda clase de frutas y verduras, cuando iba le llevaba a los trabajadores y a sus hijos regalos, panes, galletas, disfruta dando talvez por eso nunca le faltó nada, Dios le multiplicaba.
A sus hermanos los adoraba pero tenía una gran debilidad por mi madre Dilia, a Ella siempre le ayudó cuando lo necesitó se visitaban con frecuencia, doy fe y testimonio que mi tío fue súper especial con mi madre y con toda nuestra familia. Mantuvo siempre un perfil bajo, jamás discriminó a nadie, era un hombre sencillo y humilde nunca estuvo pendiente de estratos sociales, era el mismo con todo el mundo.
Su presentación personal jamás la descuidó y vestía impecable siempre, le daba igual si iba para la finca o si estaba en la ciudad, eso hacía parte de su personalidad.
Hablar de mi tío Tobías me llena de orgullo, lo admire siempre por su temple y verraquera para salir adelante, de El conservo los mejores recuerdos, pues fue muy amable y cariñoso conmigo, le gustaba que le contara cuentos de la gente de la Junta y Carrizal; su familia es un ejemplo en Codazzi, en Ella predominó el respeto, la armonía y el amor. Una Crónica más que nos muestra a una persona que sin heredar un solo peso, construyó todo y trabajando con ahínco, tesón y mucha honestidad consiguió los medios para vivir bien y ayudar a mucha gente tanto de su familia como amigos y conocidos, nunca negó un favor e incluso a muchos jóvenes les colaboró para realizar sus estudios.
Quiero agradecer de manera muy especial a mi Prima hermana María Helena por recordarme y suministrarme gran parte del material para la realización de esta bonita crónica, un fuerte abrazo prima querida.
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