domingo, 16 de agosto de 2020

JOAQUÍN SIERRA CUELLO UN JUNTERO EJEMPLAR

 

Mi Crónica Sabatina

Por José Jaime Daza Hinojosa


Hoy Homenaje a un Juntero con BERRAQUERA
“Un Prohombre”

Mi tío: Joaquín Sierra Cuello

Nació en La Junta- Guajira en el año 1899, hijo de Helena Sierra y Manuel Esteban Cuello; sus hermanos fueron: José Luis, Amira y Eloísa Cuello, María y Genoveva Sierra, también Luis y Rosa Elvira hijos de su papá Esteban.
Su infancia transcurrió normal, en La Junta, arriando agua del Río, cortando leña, ordeñando vacas y gracias a Dios, lo mandaron a estudiar a San Juan del César los años de primaria, siempre sobresalió en matemáticas, la materia que más le gustaba.

Inició trabajando con Erasmo y Juan Félix Lacouture y aprendió mucho todo lo relacionado con el ganado. A los 14 años tomó la decisión de irse a la Zona Bananera que era el boom del momento, la empresa era United Fruit Company, llamó mucho la atención el color de su piel, parecía un gringo, inició como cortador de racimos y con apenas 15 años, pero con esa buena pinta, ya era reconocido y asediado por muchas mujeres. En cierta ocasión, estando en sus labores de corte, vio a un señor con un aparato que se sostenía de un trípode, le preguntó al susodicho qué era eso, y este le contesta: un teodolito; le llamó mucho la atención y jamás imaginó que en ese instrumento de medición estaría su futuro.

Unos de los jefes de la ingeniería del complejo bananero, el Sr Enrique Uribe White, al verlo tan interesado en el asunto de la medición, lo nombró ayudante del Topógrafo, se hizo amigo de este señor, quién le enseñó todo lo que sabía, miren como es la vida: al señor encargado de la topografía, le tocó regresar a su país de origen Honduras por un problema familiar que se le presentó y nuestro personaje Joaquín quedó como Topógrafo oficial en la sede bananera de la United; cambió de estrato y desde ese momento, su vida dio un gran salto. Su amistad con Enrique Uribe le marcó y ya vivía en el campamento con los gringos con piscina, canchas de tenis y demás.

Al cabo de tres años, ya culminaron los trabajos de topografía en la zona, y Uribe White lo invita a que se vaya con Él a trabajar al Valle del Cauca dónde lo habían escogido para construir la carretera Cali – Pasto, era un reto grande, pues se debían hacer muchos puentes, y existían muchos precipicios y montañas. Allí demostró el tío Joaquín de qué estaba hecho y con creces pagó la confianza que Uribe había depositado en Él, pues la obra no sólo quedó bien hecha, sino que todo los que pasaban decían “¡Qué majestuosidad!” “¡Qué ingeniería de punta!” “Esto lo hizo un verraco” nada más que la topografía exacta de Joaquín era la responsable de semejante solemnidad, elegancia y grandeza.
Después de realizar esta magna obra, Joaquín es presentado en Tuluá como Ingeniero y conoce por intermedio de Uribe a: Carlos Sarmiento Lora, Alfredo Garrido y a don Santiago Rendón, los tres empresarios agrícolas más importantes en el Valle del Cauca, sembradores de arroz y de caña de azúcar; con ellos trabajó arduamente y les organizó el riego de sus haciendas de una manera magistral, donde trabaja, siempre quedaban satisfechos con su trabajo idóneo, preciso y productivo.


En el año de 1930, se casa con una hermosa mujer: Lucrecia Lucio, con la que lastimosamente nunca pudo tener hijos, los cuáles Él anhelaba.
Joaquín hizo adecuaciones espectaculares en todas las haciendas Del Valle del Cauca y todo el que quería mejorar la productividad de sus tierras, lo contrataba, pues organizaba de una manera extraordinaria, el riego de los campos de arroz y caña, también trabajó en el departamento del Tolima, donde adecuó un área de 20 mil hectáreas para la siembra de arroz, una cifra que hasta en los días de hoy suenan estrambótica. Recibió como pago por sus servicios la hacienda “El Mojón” y se daba el lujo de coger dos cosechas al año con una productividad altísima por hectárea, que sólo Él, con su organizado riego, lograba. Todos quedaban abismados por la forma meticulosa y precisa que trabajaba.
Al tío Joaquín le fascinaba ayudar a su familia, fue así como se llevó al Valle del Cauca a su sobrino Miro Hinojosa, a sus primas Enna, Carmen y Elvia Sierra, y a todas las relacionó con gente muy importante. También trabajó con su hermano Luis, con Lacides y Miro Sierra, algunos se quedaron allá y otros regresaron a Valledupar y a La Junta, su lugar de origen.

Fue amante de las riñas de gallo y del buen Whisky, como de las mujeres bonitas, razón está que incomodaba a su esposa. Un día cualquiera esta decide quitarse la vida. Este fue uno de los motivos principales que motivaron al tío Joaquín a regresar a su tierra, eran los años de 1948 a 1950, y con la sabiduría que lo caracterizó, puso el ojo en Badillo y sus alrededores, y toda la zona aledaña al río, se ubicó estratégicamente y compró la finca que sería la redención de los Junteros, Peñeros y todos los pueblos aledaños: “Campo Alegre”; desde allí enseñó a toda la gente de la región cómo se riega un lote y cómo se cultiva el arroz. Al principio lo trataron de loco, y poco a poco fue civilizando los campos de toda la zona de Badillo y organizándoles las acequias que todavía hoy existen, haciendo que estás tierras de trupío y cardón se convirtieran en los bellos y productivos campos de cultivar arroz, que tanto lucro y alimentos han generado desde entonces.

Cuando regresó de Tuluá, vivió en La Junta con Sara Martínez, en la casa que hoy en día es de mi madrina María Teresa Daza y su esposo Raúl Sierra Q.E.P.D.
La casa de la niña Felicia Acosta, que todavía está intacta, la construyó Él, pero su obsesión estaba puesta en el río Badillo, por eso hizo de Campo Alegre lo que es El Cerrejón hoy en día. Era el único que pagaba prestaciones sociales y de la Junta todos los lunes en la madrugada salía un camión con personal que venía recogiendo trabajadores por todos los pueblos; compró también la finca La Despensa, por La Junta, y armó un emporio en Campo Alegre, con decirles que hasta aeropuerto hizo y viajaba cada vez que quería en su avioneta privada de Tuluá a su finca Campo Alegre, en Badillo.

Los sábados en la tarde llegaban los paisanos Junteros, todos con plata, a celebrar, lo hacían en la cantina vieja del Sr Gabriel Gutiérrez, a este lugar le decían “Cali chiquito”.
Trazó también la acequia de la finca Las Mercedes, de su hermano Luis Sierra, y las vías en aquellas épocas, que hace bastante, parecían unas autopistas, a Él le gustaba mantener todo en orden e impecable. Entre las personas, que eran más de 100, que trabajan en Campo Alegre, estaban el Sr Gonzalo Sierra, mi tío Poncho Hinojosa, el Sr Nelsito, de la Peña, todos felices de trabajar con el prestigioso Joaquín Sierra, el hombre que sí sabía de riego y producción. De Tuluá trajo: molino, combinada, tractores, bulldozer, camiones; transformó los montes sucios de Badillo, en tierras altamente productivas y bellos lotes de cultivos de arroz.
Del Valle del Cauca vino con Él para quedarse una linda y esbelta mujer: Rosa Arroyave, quién lo acompañó en esa estancia.

En el mes de enero de 1960 intenta volar su avioneta, esta golpea fuertemente contra la pista, esto le origina un gran susto y le ocasiona un infarto. Muere relativamente joven, pero dejó un ejemplo a seguir, la verdad es que personas como el tío Joaquín son dignísimas de admirar y seguir, pues después de salir al lomo de una yegua, que cogiera prestada de su primo Michiché de La Junta, regresa en avioneta propia y con conocimientos y dinero en abundancia.
Paz en tu tumba tío Joaquín, hermano de mi abuela María y tío de mi inolvidable madre; tu recuerdo y tu grandeza prevalecerán eternamente en la mente de tus familiares y amigos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario