sábado, 10 de septiembre de 2022

CRÓNICA. JOSE ALBERTO “BETO” MURGAS PEÑALOSA.

 


Valledupar, 10 de septiembre del 2022.

Hoy congratulando a un Villanuevero: Compositor, Acordeonero, Sincero, Puro, Familiar, Objetivo, Investigador, Humilde, Noble, Solidario, Decente, Atento, Amigo, Ah… y es el orgulloso propietario, y director, de la única Casa Museo, que existe en La Republica De Colombia, para resaltar el Acordeón, en América, solo se encuentran tres: una en Argentina, otra en Chile y la de Beto Murgas en Valledupar Cesar.

JOSE ALBERTO “BETO” MURGAS PEÑALOSA.

En la hermosa tierra cuna de acordeones, lugar donde han nacido el mayor número de dinastías, en el folclor Vallenato: “Villanueva La Guajira”, un 8 de septiembre, de 1948, nació este insigne, compositor, y acordeonero, quien se declara musical en todo el sentido de la palabra, propietario y garante de la única casa museo que se halla en Valledupar departamento del Cesar.



Proviene feliz mente del hogar conformado por: Jose Murgas Vázquez y Rosa Peñalosa Ramírez; tiene ocho hermanos, dos varones, uno ya fallecido que lo llamaban Kike, quien tocaba acordeón, y en el museo hay un espacio con su nombre, el otro, es Evi Darío Murgas, muy conocido en la capital del Cesar, pues dirige una orquesta, muy solicitada en toda la costa Atlántica, las hermanas mujeres son: Adaliz, Eda Luz, Rosita, Denisse, y María Emma.

Su esposa lleva por nombre: Rosa Duran Porto, con quien tiene dos hijos: Alberto Jose y Milena, sus otros hijos son: Enrique, María, Jose, Fernando y Lina Daniela.

Nació en el barrio San Luis de Villanueva, sus vecinos en Villanueva fueron, nada más y nada menos, que el viejo Emiliano Zuleta Baquero, Ecolástico Romero, Antonio Amaya, en el frente de su casa, residía, Reyes Torrez, y Beto se extasiaba escuchando y viendo tocar música de viento, al lado también vivía Juancho Gil, el papá del turco; mejor dicho, Beto no tenía para dónde coger, sitiado de tantos talentos por los cuatro puntos cardinales de su casa, era un entorno sonoro, muy variado, bandas de viento, por un lado y acordeones por otro, interpretados estos instrumentos, por excelsos músicos, de grandes quilates todos. Su Padre era músico y tocaba un instrumento que se llama marcante, integraba una banda de música de viento. La influencia musical de Beto fue inmensa, en su infancia y juventud, en su barrio también estaban, los padres del Pangue Maestre, la dinastía de los Torrez, bajistas todos (Camilo, Maño, Alcides), muy cerca, otros relevantes coristas, Los Ovalle: (Chiche, More, Chon, Kike). Los barrios musicales de Villanueva, definitivamente son el San Luis y el Cafetal, dice Beto, allá nació Emilianito, pero todos los demás hermanos en mi barrio San Luis, pues el viejo Mile y Carmen Díaz se radicaron en este barrio.

Estudió su primaria, en la escuela Parroquial que dirigía el famoso padre Guarecu, y en el Liceo Colombia del profesor Peñaloza, en su tierra natal, el bachillerato, lo hizo en el renombrado colegio Roque de Alba, se considera alumno fundador, de tan importante claustro Villanuevero, por allá por los años 1965 cuando inicio sus labores, este quizás el más importante colegio de secundaria de Villanueva la Guajira. En dicha institución, comenzaron ya a revelarse, en los centros literarios, los estudiantes talentosos, de los cuales había muchísimos, compartió con Daniel Celedon, Rosendo, Rafael, Norberto e Israel Romero, de esa camada de inquietos muchachos nació el conjunto vallenato que se llamó: “Los Roquelinos”.

Beto, en temporadas vacacionales, visitaba junto a su amigo el turco Gil, la serranía del Perijá, en lo alto de Urumita, donde una de sus abuelas tenía una finca, se divertían mucho, cazando palomas, sembrando o recolectando maíz, yuca, aguacates, plátanos y dominicos, eran momentos de felicidad infinita, que jamás olvida.

Llegó a Valledupar Cesar, en el año 1972, e inició a trabajar en salud del Cesar en 1973, ese año abrieron el “ITUCE”, Instituto Técnico Universitario del Cesar, allí se certificaron, para crear lo que es hoy día, La Universidad Popular del Cesar.


Alberto Beto Murgas, es autor de alrededor de noventa canciones, de las cuales le han grabado, más de ochenta, todas extraordinarias, pero lógicamente unas se han escuchado con mayor intensidad, su canción estrella “La Negra” ha tenido cuarenta versiones, la han grabado los Melódicos, Roberto Torrez, agrupaciones de México, de Paraguay, un grupo Cubano la grabó en arpa, la primera versión de este inmortal tema la hizo: Alfredo Gutiérrez, en 1971, también la trajo Lucho Bermúdez, y el Binomio de Oro con la voz de Rafael Orozco la catapultó; esta agrupación también le grabó: La Gustadera, Mujeres como tú, y el Hombre Caribeño, Jorge Oñate con Colacho, le sacaron: Después de Viejo, y Juan Piña con Juancho Rois: Grito en La Guajira, todos éxitos, que prevalecen y todavía la gente los solicita.

MEJORES AMIGOS:

Emilianito Zuleta, Jose Calixto Quintero, Cao Mendoza, Jose Casquita Mazeneth, Andrés El Turco Gil, Isoliel Montero, entre muchísimos más, pues se considera amigo de todo el mundo.

Subraya Beto: El Museo Del Acordeón, para mí, es mi complemento de vida, a raíz de Él, tengo amigos, en el mundo entero, en Suiza, Inglaterra, por mencionar dos países, el, encierra, un ambiente académico, de muchísima cultura, donde se realizan tertulias de alto nivel, charlas, conversatorios, tanto, estatales, como públicos, y debo decir que, además del gran museo que es y representa, también es mi lugar de residencia, en el que comparto, con mi esposa, todos los días de mi existencia, en un ambiente agradable y sano, que nos mantiene, felices y encantados de la vida.

Beto, es técnico Agropecuario de ITUCE, trabajó en el SENA, como coordinador de disciplina, también se preparó en la Escuela de Salud Pública de Medellín, filial de la Universidad de Antioquia, donde se certificó como técnico en Saneamiento Ambiental; su formación integral gran parte se la debe a la lectura, es autodidacta, le gusta investigar, los asuntos que le interesan, como el acordeón, su historia, sus inicios, de allí nace “El Museo Del Acordeón”. Al preguntarle porque se le ocurre la idea de crearlo me responde: por tener unas cualidades poco comunes, ser compositor, tocar acordeón, por ser amante de la investigación, por tener nostalgia con este bendito instrumento, desde mi infancia en Villanueva, esto es mi esencia, hace parte de mí, el amor y el bagaje por este instrumento.

CATEDRA DE BETO MURGAS SOBRE EL ACORDEON:

El primer instrumento, que aún no era acordeón, nació en la China, se llamó Sheng, en este, venia, la lengüeta libre, lo que común mente llamamos el pito, que, con acción del viento, vibra y suena, igual a la armónica, este fue el instrumento que le siguió, al que le decimos dulzaina, flauta o violina, luego surgieron, los acordeones, los bandoneones, los acordeones a piano, todos se derivan del “Sheng”. El primer acordeón, fue patentado, un 6 de mayo, del año 1829, en Viena Austria, la segunda patente, fue en Francia, y luego en Italia. Nos explica Beto, que Alemania inició fue con la armónica, en el año 1856, cuando vinieron las revoluciones industriales, este país, (Alemania), estaba en un gran momento, no solo de poder, sino de adelantos tecnológicos, y a partir de 1903, inician a fabricar acordeones, estos fueron los que llegaron a Colombia, la famosa marca: Honner, le antecedieron unos artesanales, pero de manera industrial, los primeros fueron los Honner.

El país, que más marcas de acordeones tiene es Italia, sobresale allí, un gran inventor: Paolo Soprani, creador del acordeón a piano, este instrumento, fue creado por primera vez en Italia, la concertina por su parte, fue inventada, en Inglaterra.

ACLARACION IMPORTANTE:

En Colombia, y en Valledupar, no sabemos, porque al acordeón a piano, se le decía, o dice concertina, nuestro invitado Beto Murgas, ha investigado y cree que es por el sonido, pues tienen un sonido, muy similar, en el museo del acordeón, se encuentra y es hexagonal, parecido al bandoneón, este es cuadrado, pero tiene seis lados, de la concertina, se deriva el bandoneón. A manera de anécdota, nos cometa Beto: Una vez llegó, Gustavo Gutiérrez Cabello, a mi museo, y me dice: Beto, te voy a decir algo, le responde Beto, ya imagino lo que me vas a decir, figúrate que Yo una vez, grabé un LP, y escribí en la caratula: “Gustavo Gutiérrez y su Concertina”, lo correcto era haber escrito: “Gustavo Gutiérrez y su Acordeón a Piano”, no me explico porque en esta región, al acordeón a piano, le dicen concertina, es un tremendo error, Rita Fernández y Yo, dice Tavo Gutiérrez, no tocamos concertina, el nombre correcto de nuestro instrumento musical es “Acordeón a Piano” .

Platicamos, Beto y Yo, sobre el Festival Vallenato, y me dice: es la plataforma, que ha hecho, que la música tradicional, sea duradera, permanente en el tiempo, de lo contrario, nosotros no tuviéramos una identidad, musical y sonora; porque cada época, va entregando unos elementos, que te permiten la modificación, cada época recalca, va dando el desarrollo, y este, no es solamente en los elementos, sino en la persona.

Consultamos, dos amigos de Beto Murgas, y esto nos dicen sobre el Maestro: Iniciamos con Andrés el Turco Gil: Beto Murgas, dice el turco, es una persona sin tocayo, se puede decir, sincera y pura, no tiene igual, es mi amigo, mi hermano, mi familia, nos criamos juntos, en el mismo barrio, su patio pegaba al mio, no había tapias, la cerca era de palitos, estudiamos en los mismos colegios la primaria, en vacaciones viajábamos a la sierra, a visitar a una abuela de Él, y disfrutábamos mucho. Beto, le ha aportado a la música vallenata, hermosas obras musicales, con melodías originales, bellas, algunas, se salen de lo tradicional, de lo criollo, son de avanzada, se adelantó en aquella época, a lo que venía, utilizaba, temáticas picarescas, y ahora nos complace y engalana, con el único Museo, del acordeón que tiene el país, y donde uno puede conocer, tanto la historia, como el instrumento en sí, sobre donde y cuando nació el acordeón, Beto, podría decirse, hizo parte del primer conjunto, de jóvenes que hubo en el vallenato, con Emilianito Zuleta, tocaba maracas y Yo, timbales, también hicimos parte de un grupo de rock, con Luis Moya, Daniel Celedon, y otros, no tocábamos parrandas, tocábamos las famosas colitas, así le llamaban, eran bailes que hacían en las casas, el vallenato inició fue con las colitas, lo tocaban con bombo, redoblante y maracas, allí estuvimos nosotros, dice

 el turco, Beto Murgas, fue uno de mis primeros coristas, viajó conmigo a Medellín, a grabar mi primer trabajo musical, en la casa disquera Codiscos, como primera voz en los coros, Norberto Romero hacia los sobre cantos, muy lindos esos coros, Beto también fue mi bajista de planta, dice el turco, en la agrupación que Yo tenía, con Gabriel Chamorro y otros cantantes, tocábamos por todas partes, donde nos contrataban, recorríamos Ocaña, los Santanderes, Mompox, Maicao, etc., puedo decir que se desempeñó como buen bajista, acordeonero y cantante. Una anécdota que recuerdo de Beto Murgas, es la siguiente: en la época de la bonanza marimbera, viajamos a la capital de la Guajira, Riohacha, allá vivían los capos, y les regalaban a los músicos, dinero, y hasta carros, Beto dijo, Yo voy con ustedes para ver que consigo, y resulta que cuando llegamos en la primera fiesta que amenizamos, Beto, comenzó a brindar Él, compro cajas de ron, de cervezas, en vez de esperar que le brindaran, gasto todo en dicha fiesta, quedó fue limpio, y al regresar los marimberos no le dieron nada, pues pensaban que él también era capo, llegó sin ni uno al Valle.

Cao Mendoza, acota: Describo a Beto Murgas, como un hombre, humilde, noble y sencillo, dueño, de unas excelsas virtudes, a las cuales le ha dado uso adecuado, para lograr una vida integra, es un esposo amoroso, y un padre ideal, el sentimiento de la amistad lo tiene bien concebido, excelente amigo, vivo orgulloso de Él, es mi amigo y compadre, nuestra relación se convirtió en una hermandad, con visos de eternidad. Beto, es sincero, solidario, atento, educado, decente y sobre todo muy amigable. Cuéntame una anécdota con Beto Cao y dice: En el año 1967, un 30 de diciembre, un grupo de amigos, entre ellos Beto y Yo, disfrutando de una caseta de pre carnavales, en Villanueva, la Guajira, llamada la tijera, conocimos a dos agraciadas y elegantes hermanas, una se llamaba: Isabel Cristina (la negra), y la otra María Saurith, a Beto lo flechó primero fue María, hasta le compuso una canción, que grabó Alfredo Gutiérrez se llama: “cariñito de mi vida”, pero luego se fijó también en Isabel Cristina, creándose una incertidumbre, en su vida sentimental, pero como a mí también me gustaba María, dice Beto, que aparecí Yo, como salvador de esa disyuntiva amorosa, me cuadre con María, resolviendo entonces, tan incómoda situación, el fin del cuento es que Beto se dedicó a su negra, a quien le hizo la obra, mas transcendental  de su carrera, como compositor, “LA NEGRA”, éxito con Alfredo y con muchas agrupaciones más, y YO me quedé con María, termina diciendo Cao Mendoza.

Educativa, e ilustrativa Crónica, la de esta semana, le aprendimos mucho al maestro Alberto Murgas, conocimos su grandioso Museo, los invito a que lo conozcan a quienes no lo han hecho, y en verdad me le quito el sombrero, tiene amplios conocimientos sobre el acordeón, desde sus inicios, hasta la actualidad, que el Altísimo, lo bendiga, cuide y proteja siempre, es usted, una gloria viva, de los conocedores, del folclor vallenato, lo necesitamos, para que siga con su didáctica, explicando cómo solo Ud. lo sabe hacer, los orígenes, las clases de acordeones que existen y todo lo concerniente a este gran instrumento musical, abrazos repletos de afecto y agradecimiento, que sea este un pequeño donativo, por su cumpleaños reciente.

  • “El arte vencer se aprende en las derrotas”
  • Redactó, y promulgó, con entusiasmo:
  • Dr. JOSE JAIME DAZA HINOJOSA
  • “El Juntero Futurista”.

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BLOG DEL AUTOR: José Jaime DazaHinojosa



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